Culiacán, una ciudad que ha sido escenario de intensos enfrentamientos entre bandas criminales en las últimas semanas, vivió este domingo una de las manifestaciones más significativas en su historia reciente. Miles de personas, vestidas de blanco, marcharon por las calles principales para exigir un alto a la violencia que ha dejado huella en la vida diaria de sus habitantes desde el 9 de septiembre.
Ciudadanos exigen paz en medio de la crisis
La marcha, convocada por ciudadanos a través de redes sociales y grupos vecinales, inició en la conocida zona del Tres Ríos, epicentro de los enfrentamientos entre fuerzas de seguridad y grupos criminales. Las calles de esta área, que solían ser el centro de actividad económica y social, se han transformado en zonas de peligro constante.
Los manifestantes, unidos en un clamor de esperanza, llevaban pancartas con mensajes de paz y exigencias claras. «Culichi que se respeta, quiere la paz completa», fue una de las consignas más coreadas por los asistentes, reflejando el deseo de la población de retomar la tranquilidad que la violencia les ha arrebatado.
Inseguridad obliga a suspender el aniversario de la ciudad
Coincidiendo con el aniversario 493 de la fundación de Culiacán, las autoridades locales tomaron la decisión de cancelar las festividades planeadas para el domingo. Los fondos, que originalmente estaban destinados a los eventos conmemorativos, fueron redirigidos a ayudar a las personas afectadas por los recientes episodios de violencia. Esta decisión fue bien recibida por la ciudadanía, aunque no dejó de ser una señal de la gravedad de la situación.
Durante la marcha, varios manifestantes expresaron su preocupación sobre cómo el crimen organizado ha logrado penetrar en la vida cotidiana de la ciudad. Algunos hablaron de la incertidumbre que enfrentan las familias, mientras que otros describieron el impacto de la violencia en actividades básicas como ir a la escuela o al trabajo. «Es una realidad que no podemos ignorar. La violencia está afectando todos los aspectos de nuestras vidas», comentó una de las participantes.
Colectivos de búsqueda de desaparecidos no cesan su lucha
Mientras la marcha avanzaba por las calles de Culiacán, en la sede de la Fiscalía General del Estado, el colectivo Sabuesos Guerreras colocaba fichas con las fotografías y datos de más de 140 personas desaparecidas durante los últimos enfrentamientos. Este grupo, conformado en su mayoría por madres en busca de sus hijos, lleva años luchando contra la impunidad y el olvido.
María Isabel Cruz, líder del colectivo, expresó su dolor y frustración ante la situación. «Aunque algunas personas han sido localizadas, la mayoría de los cuerpos han sido encontrados sin vida», lamentó Cruz. También destacó que la violencia reciente ha complicado aún más las labores de búsqueda. Las operaciones, que de por sí ya eran peligrosas, se han vuelto casi imposibles en las zonas más conflictivas.
Efectos en la vida diaria: escuelas cerradas y comercios afectados
Los efectos de la violencia en Culiacán se sienten en todos los aspectos de la vida cotidiana. En las últimas semanas, las clases se han visto interrumpidas, y muchos planteles escolares han optado por ofrecer educación en línea ante el temor de nuevos enfrentamientos. Además, varios comercios han decidido reducir sus horarios de atención o cerrar temporalmente debido a la creciente ola de saqueos.
El temor se ha convertido en una constante entre los comerciantes locales. «No sabemos si vamos a poder abrir mañana, no solo por la violencia directa, sino por los saqueos que están ocurriendo», comentó un empresario que prefirió mantenerse en el anonimato.
Una marcha que refleja el hartazgo de una ciudad
La manifestación de este domingo es un reflejo del cansancio de los ciudadanos ante una violencia que parece no tener fin. A medida que el crimen organizado sigue teniendo un fuerte control en diversas regiones de México, ciudades como Culiacán enfrentan el reto de recuperar su seguridad y confianza.
A nivel nacional, las cifras oficiales señalan que los niveles de violencia en el país han ido en aumento, con Sinaloa como uno de los estados más afectados por los enfrentamientos entre grupos criminales y fuerzas de seguridad. Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), los homicidios en el estado aumentaron un 12% en comparación con el año anterior, una situación que preocupa tanto a las autoridades como a la ciudadanía.
Mientras la marcha concluía, los gritos de «¡Queremos paz!» resonaban con fuerza en cada esquina de la ciudad. Los manifestantes dejaron claro que Culiacán no es una ciudad rendida, sino una que lucha por recuperar su vida, su paz y su dignidad.
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